La biografía definitiva del Schindler sueco.
En la primavera de 1944 y a lo largo de siete semanas, más de 400.000 judíos húngaros fueron deportados a una muerte segura, la mayoría en Auschwitz. Poco después, un ciudadano sueco, Raoul Wallenberg, recibió el encargo de viajar a Budapest, con la cobertura de la Embajada de su país y fondos estadounidenses, para evitar que los 250.000 judíos que permanecían en la ciudad afrontaran el mismo destino.
En los meses que siguieron, y con ardor incansable, Wallenberg refugió a miles de personas en casas situadas en el interior del gueto internacional e ideó un sistema de pasaportes protegidos que convirtió a centenares de judíos en ciudadanos suecos y, por lo tanto, como súbditos de un país neutral, en intocables. Ayudado por un equipo de colaboradores igualmente extraordinarios, Wallenberg evitó deportaciones, racionamientos y actos de pillaje con una mezcla de astucia, fuerza y pasmoso desparpajo.
Nunca llegó a ver el fruto de su trabajo. Con la guerra acercándose a su fin, Wallenberg se dirigió al encuentro de las tropas rusas que habían tomado Budapest. Detenido como espía, desapareció en las profundidades del sistema penal soviético para no volver a ser visto jamás.
Aunque con los años fue nombrado «Justo entre las Naciones» y su familia nunca dejó de luchar porque las autoridades rusas reconocieran su muerte, los logros de Wallenberg no son tan conocidos como debieran. Algo que viene a solventar esta magistral biografía de Ingrid Carlberg, resultado de una ardua investigación, que pone en su lugar la heroica vida de un hombre que hizo mucho más de lo que su misión le pedía.